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Cinta de VHS o videocassette. Al devolverla al videoclub se debía llevar rebobinada o te podían multar. |
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VCR, un reproductor grabador como la mayoría. |
Mi primer contacto con el vídeo se dio a mediados de los años '80 en casa de un primo que tenía un vídeo Betamax. Recuerdo ir al videoclub (llamado Hollywood -fueron innumerables los videoclubes con este nombre) y alquilar Tiburón o Rambo. Simplemente, era genial.
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Las carátulas se trabajaban mucho. Tenían que llamar tu atención. |
En mi casa el vídeo llegó unos años más tarde. Recuerdo ir con mi padre a comprar el aparato, de marca Panasonic. Tras instalarlo en casa, me dediqué a grabar y regrabar las 2 únicas cintas de vídeo que teníamos con cualquier cosa: por ejemplo, la versión Disney de Alicia en el país de las maravillas fue una de las primeras películas que grabé (y revisioné en multitud de ocasiones); o la peli de Las aventuras de Ford Fairlane (hoy en mi colección de DVDs); o programas especiales navideños, etc.
Iba poco al videoclub, ya que costaba un dinero que no tenía. Mi padre era muy ahorrador. Pero una vecina solía pasarnos las películas que alquilaba. Así pudimos ver las películas de Herbie (el escarabajo -el coche- que funcionaba solo) o de Bruce Lee, o muchas más cosas.
Años más tarde, cuando me iniciaba en el mundo del CINE con conocimiento (o eso pensaba) pude alquilar películas que me gustaran, de grandes autores y, sobre todo, de cine fantástico, mi preferido.
Cuando el precio de las cintas de vídeo bajó, compraba muchas y grababa todas las películas que fueran interesantes (por su director, por sus actores, para completar algo...). Y, poco a poco, me fui haciendo con una videoteca de más de 1000 títulos.
En 1995 surgió el sistema DVD (Digital Video Disc) con discos similares a los del Compact Disc o CD. En teoría, la calidad de imagen y de sonido eran perfectas (digitales). Ante las ventajas de este sistema, el VHS comenzó una lenta decadencia. En los videoclubes fueron conviviendo, pero muchas de las cintas VHS iban desapareciendo, poniéndose a la venta. Mi cuadrilla y yo, íbamos moviéndonos por los videoclubes buscando tesoros a precios de risa.
Es así como encontré gemas de un valor incalculable, al menos para mí: la trilogía de Shaft y películas Blaxploitation varias, Cromosoma 3 de Cronenberg y bodrios de serie Z o peor. Ya por entonces, buscábamos la película mala perfecta (tan mala que es buena): Spookies (nuestra favorita), Mutantz, una peli de un edificio asesino (era alemana creo y con música de Tangerine Dream), El ataque de los tomates asesinos...

El caso es que me hice con una colección enorme que hoy tengo dispersa en cajas de zapatos. Tengo un VCR, aunque no instalado. La última vez que vi una peli en VHS, reconozco que la calidad de imagen es bastante inferior a lo que nos hemos acostumbrado. Pero, se publicaban numerosos títulos, muy variados, de calidad o de explotación. Hoy día, muchas pelis de mi colección siguen sin tener publicación oficial en DVD (y mucho menos en Blu Ray).
Cierto es que era un sistema que ocupaba mucho espacio. Que se veía regular (daba igual si era la cinta original -como la de Pulp Fiction o la trilogía de Star Wars) y se oía también regular. Si no grababas en SP (Standard Play -la duración oficial de la cinta, ya fuera de 120, 180 o 240 minutos) y usabas los modos EP o LP (Extended Play o Long Play) para aprovechar la cinta al máximo, esta calidad se hacía aún inferior. Mis cintas se atiborraban de pelis (hasta 5 de corta duración llegué a meter). ¡Cuántos clásicos habré visto así!
El formó parté de mi educación como persona y como aficionado. Es por ello, que le dedicó este pequeño homenaje a algo que fue vital en la vida de muchísimas personas.
Descanse en paz.