Fabulous!

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martes, 29 de diciembre de 2015

LEMMY

Haciendo gala de su particular y siempre presente sentido del humor


Sencillamente hoy NO tocaba hablar aquí de Lemmy ni de su banda, Motörhead. Pero esta mañana me he levantado con la triste noticia de su muerte con solo 70 años.

Lo cierto es que últimamente no estaba pasando su mejor momento en cuanto a salud se refiere. Porque, en lo artístico, acababa de publicar dos grandes discos casi seguidos de una banda que nunca defraudaba. Pero la salud le falló a un tipo que parecía que iba a vivir para siempre. Y duele, porque ha sido un golpe bajo, totalmente inesperado.

En los últimos meses había fallecido el batería original de la banda Philthy Animal Taylor, 10 años más joven que el propio Lemmy. Y el guitarrista actual (desde 1984) de la banda, Phil Campbell está teniendo sus propios problemas por lo que la banda tuvo que cancelar varios conciertos recientemente.

Junto a su gran amiga Wendy O Williams, líder de Plasmatics, que se fue demasiado pronto

Pero Lemmy era indestructible. Un tipo con ese estilo de vida tan salvaje (en los últimos tiempos ya menos), que era la viva imagen del outlaw rockero por excelencia, un icono del Rock 'N' Roll de todos los tiempos se nos ha ido. Ahora está en el Olimpo del Rock junto con su gran amiga Wendy O Williams, junto con Johnny Thunders, con Stiv Bators, con Johnny Hendrix (de quien fue roadie) y con todos los demás que dejaron este planeta físicamente pero siempre estarán con nosotros, pues su legado perdurará por todos los tiempos.

Lemmy junto con otra leyenda del Rock, Ozzy

Resulta curioso pensar en la extraña popularidad de que gozaban Motörhead en la actualidad. Tenían un estatus de grandes estrellas a pesar de que no han vendido grandes cantidades de discos en toda su carrera. Esta fama tardía, que tanto decía Lemmy les ayudaba a pagar sus facturas (y se lamentaba de que no hubiera llegado antes), se debía a un recomendable documental sobre la figura del líder de la banda, Lemmy titulado de forma homónima. En él, podemos observar al hombre que hay detrás de la leyenda, Mr. Lemmy Kilminster himself, viviendo su día a día en Los Angeles.

Todo el mundo quería a Lemmy. Todos en el negocio del Rock (e incluso fuera de él) le apreciaban y le respetaban porque sabían que era uno de los pocos personajes reales de un mundo donde (casi) todo es pose. Por eso hoy es un día triste. Cada vez quedan menos.

En España tuvieron gran éxito en los primeros '80 con el auge del Heavy Metal, a pesar de que no eran una banda de este estilo. Más recientemente, era fácil observar a adolescentes llevar camisetas y sudaderas con el logo de la banda, Snaggletooth, que se pueden adquirir en tiedas Fast Fashion tipo Bershka o Stradivarius. Muchos de ellos, la gran mayoría, no han escuchado un disco, no solo de Motörhead, sino de Rock. Una pena.

Recuerdo cuando quise comprar una hebilla de cinturón con Snaggletooth en una tienda de discos de Murcia. Me pedían 4000 pesetas, un auténtico pastón, vamos un robo, para un chaval que tenía muy poco. Por supuesto, no pude comprarla. Lo que sí que llevé con orgullo fue un parche en mi cazadora vaquera del disco "Iron Fist". Éste estaba acompañado de otros colosos como Dio.

Snaggletooth. La mascota-logotipo de la banda

Mi primer recuerdo con ellos fue a través de un recopilatorio en CD que compré a mediados de los '90. Yo me estaba iniciando en la música Heavy Metal y Hard Rock y Motörhead tenían un aura de leyenda así que había que escucharles. Recuerdo que cuando puse su música fue algo diferente, no era Heavy, no era Hard Rock, no era Punk, no era Thrash... Era puro y sucio Rock 'N' Roll tocado a una velocidad endiablada. No es de extrañar que muchísimos grupos (por ejemplo Metallica) reivindicaran la influencia de Motörhead en su música.

Desde entonces estaba enganchado y les seguí. Aunque lo que más me gustaba de ellos eran sus primeros discos con el guitarrista Eddie Fast Clark: "Motörhead", "No sleep 'till Hammersmith", "Overkill"... Durante toda su carrera fueron fieles a su estilo musical. Quiero decir que sabías cómo sonaba un álbum de Motörhead, eran incofundibles y, en los últimos años, como he mencionado antes, habían vuelto a sacar grandes discos. Nunca sacaron un disco malo, siempre había buenas canciones, pero en comparación con sus primeros discos desmerecían un poco. Lemmy siempre fue un gran compositor y trabajó, entre otros, para su gran amigo Ozzy Osbourne en uno de sus mejores discos, el "No more tears".

Bueno mejor pasarse a escuchar la música de Lemmy que nos acompañará para siempre. Ese es el mejor homenaje que se le puede hacer. Y, por qué no, leer o releer su biografía que incluso está publicada en castellano desde el año pasado. Está trufada de las mil y una aventuras que vivió este pirata del Rock.

Lemmy (1954-2015) RIP

martes, 22 de diciembre de 2015

Mis primeros recuerdos terroríficos

Se considera que el cine nació el día 28 de diciembre del año 1895. Ese día, los hermanos Lumiére en París proyectaron algunos de sus primeros films al público. Desde esa fecha en adelante, este invento llamado cinematógrafo, fue evolucionando sin parar, conformando un nuevo lenguaje artístico que se convirtió en la forma de entretenimiento masiva hasta nuestros días. Pero de este tema se hablará en otro momento.


En mi caso personal, mi primer acercamiento a un cine fue con mi primo José que me llevó a un cine de barrio, de estos que proyectaban películas que no eran de estreno, sino que reponían películas más antiguas o hacían dobles sesiones de películas de bajo presupuesto. En este caso, el doble cartel que tenía este cine de Alcantarilla (hoy tristemente cerrado desde hace bastantes años) era una doble sesión de terror, de terror animal para ser más concretos. Alligator (La bestia bajo el asfalto, Lewis Teague, 1980) y Razorback (Los colmillos del infierno, Russel Mulcahy, 1984).


Tengo vagos recuerdos de este bautizo cinematográfico, aunque algunas imágenes del cocodrilo y del jabalí (de tamaños gigantescos) poblaron mis sueños durante algún tiempo. No es de extrañar, por tanto, mi gusto por el cine de Terror que se ha transformado en pasión.


Otras imágenes que se transformaron en pesadillas durante mi infancia fueron las siguientes:

  • El niño vampiro de "Regreso a Salem's Lot" que vi por televisión. Aquellos ojos me acompañaban por los lugares oscuros de mi casa.

  • El monstruo de "Aquella casa al lado del cementerio" de Lucio Fulci. En este caso, en casa de mi primo José (otra vez) de Alcantarilla. Ese Dr. Freudstein (qué nombre) de ecos lovecraftianos me acompañó durante años en mis pesadillas. De hecho, tardé bastantes años en poder volver la peli.
  • La escena en la que Blacula (el Drácula negro) sale de la morgue y ataca a su primera víctima por sorpresa me dejó helado. De nuevo fue la televisión la culpable, en un pase por la mañana temprano.

  • La serie de anime de Drácula de la productora Toei que pasaron en el programa infantil matinal de navidades Mazapán, presentado por Teresa Rabal y Torrebruno. Y aquí, el miedo vino por sorpresa porque eran dibujos animados pero este Drácula era muy sanguinario y cruel.

  • Por supuesto, no podía dejar de hablar del Drácula definitivo, me refiero al personaje inmortalizado por, el recientemente fallecido, Christopher Lee. Esos ojos inyectados en sangre siempre me dieron cosica.
     Bueno, me despido y os deseo dulces sueños.